Basílica de San Juan de Letrán

La Basílica de San Juan de Letrán es una de las cuatro basílicas papales de de Roma junto a la de Basílica de San Pedro, San Pablo Extramuros y la de Santa María la Mayor, pero destaca entre ellas por ser la más antigua y la de más alto rango.

Es uno de esos lugares para visitar en Roma debido a su gran importancia religiosa y cultural, además de ser una verdadera joya arquitectónica y artística.

Historia de San Juan de Letrán

Cuenta la historia que antes de la batalla de Puente Milvio (año 312) Constantino tuvo una visión. En ella aparecía Cristo guiando a sus tropas hacia la victoria. La victoria se alcanzó. Desde entonces el emperador permitió la libertad de culto y en agradecimiento a Jesucristo mandó a construir esta basílica, la cual sería consagrada por el Papa Silvestre I en el año 324.

Archibasílica del Salvador y de los santos Juan Bautista y Juan Evangelista es el nombre oficial, «Archibasilica Sanctissimi Salvatoris» (si quieres presumir nombrándola en latín), aunque lo más normal es que todo el mundo le llame Basílica de San Juan de Letrán.

Cinco siglos más tarde, en el terremoto del año 846, la basílica fue destruida casi por completo. El edificio que conocemos actualmente fue encargado por el Papa Sergio III, quien la dedicó a San Juan Bautista. Más tarde, en el siglo XII, el Papa Lucio II dedicó también la basílica a San Juan Evangelista porque fueron sus escritos los que dieron testimonio de la vida y obra de Jesucristo.

La Basílica de San Juan Letrán es la más antigua de todo el mundo, incluso superando a la Basílica de San Pedro.

Interior de la Basílica San Juan de Letrán

Hay muchas iglesias de Roma que son Patrimonio de la Humanidad y el interior de la Basílica de San Juan Letrán, sin duda alguna, forma parte de ese tesoro.

De entre todas las iglesias del Vaticano, la Basílica de San Juan de Letrán se distingue por estar dividida en cinco naves, cada una con más de cien metros de largo. El barroco es el estilo que se impone en el interior gracias, sobre todo, al trabajo de Francesco Borromini, quien fue el encargado de transformarla en el siglo XVII.

Del decorado anterior a su trabajo, han perdurado hasta nuestros días el ciborio gótico, el suelo cosmatesco y el cielo raso de casetones de la nave central. De la misma forma también se conservan los mosaicos del ábside de época medieval que simbolizan el agua necesaria en el sacramento del bautismo, aunque dichos mosaicos debieron ser restaurados.

La nave principal

Desde principios del siglo XIII se encuentran en la imponente nave principal las enormes estatuas de los doce apóstoles. Cada una de ellas enmarcada en nichos de mármol color verde que a su vez encajan en sus respectivos pilares.

Algunos de los pasajes del antiguo testamento se encuentran representados sobre los nichos de los apóstoles, mientras que entre las ventanas, dentro de marcos ovalados, se puede observar la representación de varios profetas.

El altar de San Juan de Letrán

Debajo del baldaquino gótico, al lado izquierdo de la basílica, encontraremos el altar de San Juan Letrán, que es uno de los tesoros más sagrados de la iglesia católica porque allí reposan, en una urna del plata, los restos de San Pedro y de San Pablo.

Sobre el ábside también contaremos la cátedra, el trono del obispo y algunos mosaicos. El altar de San Juan de Letrán fue construido durante el jubileo del año 1.600 en la época del Papa Clemente VII.

Este popular tour de Roma incluye una visita guiada con transporte por las Catacumbas de Roma, la Via Appia Antica y las Basílicas de San Juan de Letrán y Santa Maria la Mayor.

Fachada de la Basílica de San Juan Letrán

El arquitecto Alejandro Galilei fue el encargado de reformar la fachada de la Basílica de San Juan Letrán en el siglo XVIII. Está formada por un atrio de cinco entradas y una galería abierta en el nivel superior.

A la izquierda del atrio encontraremos una estatua que representa al emperador Constantino, mientras que la puerta central es herencia del Foro Romano, de forma específica de la Curia Julia, la cual fue colocada en ese lugar por Francesco Borromini.

La fachada está coronada por quinces estatuas, cada una de unos siete metros de altura. La central representa la figura de Jesucristo, el cual se encuentra flanqueado por San Juan Bautista y San Juan Evangelista.

El resto de las estatuas representan a los doctores de las iglesias griega y latina, mientras que en la zona norte destaca una obra de Domenico Fontana con dos campanarios que datan del medioevo.

A continuación, te contamos sobre los elementos externos que forman parte de la Basílica de San Juan de Letrán.

El Claustro de San Juan de Letrán

La familia Vassalleto gozaba de gran renombre como maestros de la decoración de mármol y ella fue la encargada de construir el Claustro Lateranense entre los años 1.215 y 1.232.

En su construcción fueron utilizadas losas de tumbas y algunos restos de excavaciones romanas y paleocristianas, una práctica común que podrás comprobar en visitando los Museos Vaticanos. Sus mosaicos de colores y las columnas en espiral es lo que más resalta de este claustro que además cuenta con 36 metros de largo.

El baptisterio de San Giovanni in Laterano

El baptisterio de San Juan de Letrán (o San Giovanni in Laterano en Italiano) es el más antiguo de Roma. El edificio fue construido aprovechando las termas que poseía una antigua casa a orden del emperador Constantino.

Luego el Papa Sixto III, entre los años 432-449, ordenó su reconstrucción entera y le fue agregado un atrio. Más tarde, en el siglo XVII, toda la obra sería restaurada por Francesco Borromini.

La Scala Santa

La Escalera Santa es uno de los lugares más sagrados e históricos que encontraremos en la Ciudad del Vaticano. Cuenta la historia que por ella subió Jesús de Nazaret el Viernes Santo para ser juzgado por Poncio Pilato.

Se encuentra actualmente en una capilla junto la Basílica de San Juan de Letrán. Sus 28 peldaños deben subirse de rodillas como ejercicio de penitencia y oración.

A medida que se asciende sobre ellas, se pueden contemplar algunos sectores cubiertos por cristales donde se pueden apreciar manchas de sangre que se cree pertenecen a Jesucristo.

La Scala Santa es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1980.

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El Palacio de Letrán

Durante unos mil años fue la sede papal y residencia oficial del sumo pontífice, hasta que en los tiempos del Papa Benedicto XI se inició el exilio papal. Se encuentra ubicado junto a la Basílica.

Es importante destacar que en el Palacio de Letrán fueron firmados los Pactos de Letrán en 1929. Gracias a ellos quedó constituida la independencia política del Vaticano respecto al gobierno italiano.

Ello significó el restablecimiento de las relaciones entre la iglesia católica y el reino de Italia, relaciones que se encontraban rotas desde el año 1.870.

Obelisco de Letrán

Es el obelisco más alto de Roma y también el más grande que aun se conserva en pie de los antiguos obeliscos egipcios.

Su peso es de unas 455 toneladas. Originalmente formaba parte del templo de Amón en la antigua ciudad de Karnak. En el siglo IV, junto al Obelisco de Teodosio, fue mandado a traer por el emperador Constantino II.

Se encuentra en la plaza frente a la Basílica de San Letrán y forma parte de los monumentos de Roma que no debes perderte.

Entradas San Juan de Letrán

Entrar a la basílica es gratuito, sin embargo comprando la entrada a la Basílica de San Juan de Letrán, podrás tener audioguía y acceso a lugares como el claustro, el Santa Sanctorum, el Baptisterio, la Scala Santa y el Treasure Museum.

También puedes admirar los lugares preferenciales de la basílica gratis portando el pase turístico Roma Pass Omnia.

Horario

Todos los días de 7:00 a 18:30

Cómo llegar

Si has escogido alojamiento en Roma en los barrios de Celio o Esquilino, podrás llegar andando a la basílica. De igual forma, el Coliseo Romano se encuentra a apenas unos 15 minutos a pie.

Puedes llegar en Metro hasta la estación San Giovanni, línea A o en autobús con las líneas: 16, 81, 85, 87, 186, 650, 810, 850.